Sonreís y un berretín universal de momentos placenteros se presenta; desearía que pudiera perpetuar el instante en que tus dientes se me ostentan. Bebo el whisky de tu lengua, y ahí nomás, con el alma copeteada te sostengo.  Vaya a ser que en un segundo de ebriedad me secuestren los agentes del infierno.
Me someto, así, a tu entrega, me rescata, me enloquece y me sosiega.
Ya no somos dos ahora: se fundieron nuestros fuegos en tu alcoba. 

Me empastillo con tus sonidos, sos la droga de mis oídos ~

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Ahora busco la oportunidad de estar de nuevo a tú lado.

Ahora busco la oportunidad de estar de nuevo a tú lado.

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