No hay un Cristo que venga a salvarme ni a darme una mano,  yo soy el fulano que empieza y no para el payaso, el bueno y el flaco el que pone la cara en cada canción... Solo pongo en los portarretratos las fotos movidas ya no escondo el dolor, hoy me encuentro en las causas pedidas. Voy cambiando de humor y carrera de amor y de frente,  hoy no sé si sacarte la lengua o mostrarte los dientes. Me enseñaste que un abrazo sincero vale más que un boleto de ida a las puertas del cielo
y te echaste a volar
Si te busco en un vaso de vino termino borracho
no hay un Cristo que venga a salvarme ni a darme una mano
A mi me toca el papel del que dice y no piensa
el idiota, el bueno pa' nada, el que paga la cuenta con el corazón

Las chicas sin suerte creemos que somos como una balsa en el mar, a la deriva. Pero podemos nadar, podemos patalear, remar… está bien, tenemos que remar mucho, sí, pero remado llegamos a donde nosotros queremos, no a donde el mar nos lleva. Ya no necesitamos la suerte, porque la suerte la hacemos nosotras.
Las chicas sin suerte nunca somos amadas. Y como no somos amadas las chicas sin suerte tenemos que hacer algo para que nos amen.
Para las chicas sin suerte ser amadas es un trabajo, un esfuerzo.
LA SUERTE DE LA FEA LA LINDA LA DESEA. Pero la fea no tiene suerte, tiene actitud, ella sabe hacer su propia suerte.


Todavía confío en el cielo.
Todavía lo miro y le creo.
Y él, me ha contado que existe,
en la tierra, otro paralelo.

Es el cielo de tus ojos.
Portador de infinitos colores.
Ha sabido regalarme soles
Y sacarme de esta tormenta gris.
Sonreís y un berretín universal de momentos placenteros se presenta; desearía que pudiera perpetuar el instante en que tus dientes se me ostentan. Bebo el whisky de tu lengua, y ahí nomás, con el alma copeteada te sostengo.  Vaya a ser que en un segundo de ebriedad me secuestren los agentes del infierno.
Me someto, así, a tu entrega, me rescata, me enloquece y me sosiega.
Ya no somos dos ahora: se fundieron nuestros fuegos en tu alcoba. 

Estoy seguro, compañero,
y me juego mi alma loca,
que no debe existir boca
como esta, en el mundo entero. 

Ya no hay nada que pueda hacer contigo, y te siento tan lejos, porque voy corriendo alejándome por que se que es tonto creer que volverás, tu solo recordaras el fin.
Mientras yo te recuerdo cada noche, cuando busco la estrella que lleve nuestros nombres, esa que me prometiste una vez, quisiera escuchar, "lo siento, no quise herirte", pero me dijiste buenas noches, y la noche quedo en mi. 

Acudía a tu auxilio de forma inmediata "Hola, qué tal?" tu sonrisa y perdí por goleada. Te apoderaste al instante de mi ocio y al fin y al cabo, pude entender que hiciste negocio. Una ráfaga de balas seductoras no lograba vulnerar una coraza idiota y con mi seguridad ya en la miseria, fuimos por un café, juntos los 3;  Vos, yo y tu histeria.
Sin mucho más que hablar, nos despedimos, comprobé que ya era inútil extender ese partido. Colgué los timbo y bajé la persiana, sin embargo, tu autoestima cascoteó mi ventana. Sugerías necesitar mi delirio para ganar espacio, me mostré cual tipo tibio.
Se escaparon algunos tiros y acá estoy arrepentido. Haciendo cuentas, aunque no tenga ningún sentido, voy a llorar y no puedo voy a escapar y me quedo. Lo siento mucho, pero es un juego qué a mi no me cabe.

Anda diciendo por ahí que está muy triste,
por ser FELIZ en medio de tanta miseria.


LINDAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAS. ♥ 
N O   N   NO   CRY..

Una mano tendida. Un hasta luego.
Una cuestión de tiempo. Una sonrisa.
Una oración que se murió sin decir nada.
Por cada cien palabras, una mentira.
El corazón de un pueblo. El alma de una fiesta.
Las llaves de un candado. Un tango de Sabina.
Cuando se duerme deja abierta la ventana
para que pase el viento y le haga compañía.
Se escapó de esta rutina sin amor
y se colgó con una nube que pasó.
Sueña despierta, duerme vestida,
anda descalza, siempre escondida... 

Volvió a su casa otra vez a dormir solo;
sin barco, rengo y sin tesoro.
Se dijo al despertar al otro día:
“la vida del pirata no es la mía”.

A orillas de la madrugada
dos cuerpos en una ciudad
buscaban pasar el tiempo:
su tiempo no se hizo esperar...
No estaba ninguno en su día,
sus copas ya estaban vacías.
Él estacionó su mirada
cuando al fin la vio sentada,
¡él tenía cigarrillos y ella ganas de fumar!
 El rato de a ratos moría,
no había palabras de más,
cautivos en la noche infinita,
se rindieron a su voluntad.
En su presente no había pasados, 
en la mesa desfilaban los tragos. 
Andaban ahí perdidos escuchando Divididos, 
a él le gusta la banda y a ella le gusta bailar.

Me empastillo con tus sonidos, sos la droga de mis oídos ~

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Ahora busco la oportunidad de estar de nuevo a tú lado.

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